lunes, 14 de marzo de 2011

La Paz

Ya no son las mismas cuatro paredes, ni el mismo frío,
ni la misma lluvia. Ya no es Buenos Aires quien me regala su euforia y su ritmo frenetico.
Ahora todo es distinto, todos escupen su rencor como idiotas creyendo que así debería ser, y aunque quedan unos pocos, Buenos Aires sigue siendo veneno para la gran mayoría.

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