miércoles, 27 de junio de 2012


Son las 2:28 am, del 12 de Junio del 2012
y escupo esto como puedo.
 No perdí el control de mí mismo,
Simplemente me gusta la vida que llevo.

Es cierto que aun no entiendo mi propósito en la vida,
por eso ando mis caminos con calma,
aprovechándolo todo,
aprendiendo,
regalando tantas sonrisas como pueda,
contagiándome de amores que no me pertenecen,
ni a mí, ni a nadie.
Y es que de eso debería tratarse el amor,
de compartirlo tanto como sea posible,
porque al final,
probablemente,
sea lo único que nos quede.  

Los indecisos se sientan en las mesas del medio
a preocuparse por sus vidas miserables.
no toleran el silencio,
porque los carcome su propia conciencia,
entonces miran todos los tipos de cafés que hay,
una y otra vez,
solo para mantener
su padecimiento controlado.
Mientras a mí me encanta
poner una canción de Ottis Reading
dos o tres lugares después de la que
está sonando en ese momento,
y acomodarme en la barra
a esperar que llegue,
porque cuando lo hace
todo se vuelve tanto más simple.

Complicidad.


A: Qué?
B: Que un día nos saquemos los ojos y nos miremos de afuera.
A: Claro, pero, y los espejos?
B: Claro, los espejos, no lo había pensado, o simplemente me gustaba la idea de sacarme los ojos y mirarme de afuera y deje pasar lo de los espejos.
A: Cuales espejos?
B: Vos dijiste espejos.
A: No. No era que nos íbamos a sacar los ojos y nos mirábamos de afuera?
B: Gracias. 

Ahora mismo, mientras intento entender
algunos textos de Bukowski,
debería estar vomitando esta resaca horrible
en el baño
agarrándome el alma para no vomitarla también.
Sin embargo encuentro una gran similitud
entre esa situación y los textos.
De hecho, puedo ver al viejo
tirado en el piso,
vomitando todo,
todo menos el alma.