Que consuelo la alegría del viento pegando en el mentón,
que premio al paso.
Y es tan gratis y tan simple la sensación de felicidad
recién alcanzada,
que no es para nada extraño vernos a veces,
llorando, con una sonrisa en el rostro.
Bueno, estamos locos.
Estamos locos porque nos importa la sonrisa,
La música, los libros.
Estamos locos porque nos importa la lluvia,
La tierra, los papeles en el piso.
Porque nos emociona
Una vieja de 91 años contando una historia de cuando era chica,
Y entendemos la mirada, las marcas en la piel, las manos llenas de vida.
Y quién nos juzga entonces?
Si estamos locos,
Si nos disfrazamos de payasos,
Si decidimos ser felices,
Ser artistas,
Si decidimos viajar para buscar lo que Buenos Aires
No guardó para nosotros.
Somos solo lo que queremos ser.
Nosotros, los locos,
los últimos corazones sensibles,
los que no tenemos ni sur, ni norte, ni nada.
Locos, siempre locos,
Pero felices.